



Tacones de azufre, evocan en mi, sulfuran, mi cuerpo arde en ti.


Susurros, palabras, ruegos, suspiros, y sentir una y otra vez cada uno de sus poros estallando, abandonándola en cada una de esas pequeñas muertes hasta dejarla exhausta, sudando, temblando, feliz..... e inesperadamente asustada al mismo tiempo. Se sorprendió al sentir que le ahogaban la presión de unas tristes lágrimas que amenazaban con estropearlo todo como el granizo en una tarde de verano, como una mancha de moho en tu rincón preferido, como un coche mortuorio en el camino de tus vacaciones....

